Todo va, pero no sé cómo
Cierto
día conversé con un amigo que se encuentra en un estado muy maltratado por la falta de
servicios en Venezuela y le pregunté:
- - ¿Cómo va todo?
-
Él responde: - Todo va, pero no sé cómo.
Así
vivimos en Venezuela, muchas veces bajo la expectativa de cómo (condiciones) vamos viviendo, son tantos los problemas que
no sabemos cómo solventarlos y cubrir nuestras necesidades básicas o primarias.
Vivimos
en un eterno hoy, porque como dice la canción: “Yo no sé mañana”, la calidad de vida se ha deteriorado de manera
tal que no sabemos qué vamos a comer o cómo vamos a resolver las situaciones que
para muchos países es de una rutina normal, tal como el consumo de agua
potable, contar con luz sin apagones frecuentes, cocinar con felicidad nuestros
alimentos, sin cortar leña o hacer grandes colas para comprar gas doméstico.
Es
duro pensar como mucha gente intenta subsistir bajo estas condiciones, con un
salario mínimo de 1$ y sin poder trabajar en otras opciones porque simplemente
no tienen los recursos.
Conozco
de muchos docentes que dejaron sus trabajos en escuelas públicas para trabajar
en puestos de mercado, como plomeros, vendedores de diferentes productos,
agencias de loterías y comercios, ahora me pregunto yo: ¿quién educará a
nuestros niños? qué futuro tendrá está profesión tan importante para el
desarrollo de un país.
Mucha
gente come una vez al día, los niveles de desnutrición en niños y adultos es
escalofriante.
La
inseguridad galopante y se sabe muy poco de los índices de mortalidad por
asesinatos en los grandes barrios o zonas de alto riesgo extendida por toda
Venezuela.
Mucha
gente manifiesta que no nos va a matar el COVID-19, sino la hambruna, los altos
índices de inseguridad o la altísima inflación que nos permite comprar
medicamentos a precios justos.
Realizarse
una revisión médica es casi imposible, primero porque en los centros de
atención es difícil que consigas una cita y segundo los altos precios de las
consultas privadas están dolarizadas.
Es
impactante los cambios que hemos sufrido, las protestas son muchas, sin embargo
el gobierno hace caso omiso de las situaciones, manifestando que todo está “normal”, inclusive hablan de
prosperidad económica y desarrollo, sinceramente ¿no sé dónde?
A
pesar de este panorama tan desalentador, Venezuela no se resiste, todos los días
sale la gente a buscar nuevas maneras de subsistir, con ánimo, con ganas, no quieren
dejar morir la patria que tanto aman.
No
estamos de manos cruzadas, estamos preparándonos para cuando este régimen caiga
y podamos con más fuerza recuperar lo que teníamos: Una Patria grande
y próspera.
No
va a ser fácil, la decidía se apoderó de los corazones de muchos, sin embargo somos más los que queremos
trabajar en un país donde todos los Derechos establecidos en la Constitución
Nacional se cumplan y se haga justicia en todos los aspectos.
La
vida continúa y las ganas de ser cada día mejores, permitirá que surjan grandes
cambios en nuestro país.
¡Venezuela, sigue adelante!
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