En el mes de abril, mi hermana decidió hacer arreglos a nuestra casa, de manera que contratamos a dos albañiles muy eficientes. Un día, uno de los señores, manifestó no traer almuerzo por lo que decidimos invitarlo a comer, cuando ve el plato se asombra y me dice: - usas platos de peltre. Le digo. – Si, es nuestra vajilla diaria. El hombre me miró y se sonrió. Siempre hemos tenido en casa platos y tacitas de peltre, debo señalar que este material es muy frágil, y tenemos algunos con golpes, donde el esmalte se ha deteriorado. Tenemos una vajilla guardada para eventos especiales o cuando viene alguna visita, suena raro, pero es así, aquella más elegante, menos ultrajada por la rigurosidad del fregado diario. Los platos de peltre han acompañados al venezolano desde hace mucho tiempo y nosotros como familia lo hemos incorporamos a nuestra vida diaria. Me encantan, cada plato es diferente, es rustica, sin embargo es parte de nuestras tradiciones, conversaciones, arepas