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Mostrando entradas de septiembre 27, 2020

Carta a un niño que vive en la calle

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  Que triste verte deambular por la calle, comiendo basura como comida. Eres tan inocente, tan pequeño, tan angelical, no te mereces vivir esa vida tan cruel y dura. La calle es tu escuela, Trabajas en las plazas y espacios abiertos de la ciudad, con astucia te cuelas entre gente mayor que también se va ganando la vida, aprendiendo de ellos cosas nuevas, muchas buenas, otras malas. Buscas resolver con ingenuidad y peripecias los problemas que se te van presentando, creyendo que eres mayor y que puedes resolver cualquier situación con tu inocencia. Sin embargo sonríes, sin evaluar los peligros de calle y de las personas mal intencionadas. Tu vida ha sido corta, no así tus malas experiencias con tus padres y familiares cercanos, intentaré no juzgarte por esto, eres sólo una víctima de la pobreza y de una sociedad insensible y sorda. Se han creado innumerables leyes para protegerte, sin embargo no son efectivas cuando el hambre en casa aprieta. Los juguetes los cambiaste  po

Carta a un personaje de la Biblia

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  Querido Jesús. Hoy me siento muy feliz de tener esta conversación contigo, disculpa por olvidar que cuento con un amigo y que puedo disponer de tu presencia todos los días. ¡Qué loco, no! Perdemos tan hermosa oportunidad de charlar, ocupándonos   muchas veces de cosas bánales, sin importancia, sin determinar que pasa el tiempo y puede algún día llegar el final de nuestras vidas. Sé que cuento con tu protección diaria, ya que nunca se me olvida la oración que voy repitiendo con amor al salir de casa “La Oración del Justo Juez” , mi madre me la enseñó cuando iba a estudiar bachillerato y nunca se me olvidó, es mi escudo contra los peligros de nuestra convulsionada ciudad. Quiero comentarte que he pasado por muchas situaciones difíciles, superadas sin problema, sospecho que tu mano está siempre detrás de cada una de ellas,   dándome el apoyo que siempre necesito. Sé que fui aquel hijo prodigo, que tuvo que volver a casa con el rabo entre las piernas, ¡Gracias por rescatarme!