Sentada en la orilla
Sentada en la orilla de la playa, observo las olas del mar, es una sensación que siempre me ha generado serenidad, cierro los ojos y escucho con atención como las olas se rompen en la orilla… van y vienen… vienen y van. Las crestas que se forman tan hermosas y delicadas no saben que se van a desvanecer, creo que si lo supieran no se vieran tan animadas y graciosas. La brisa del mar me llega con sabor a sal, aquello que da sabor a la vida, anima y te sana al respirar, es algo que valoro mucho, ya que en la ciudad respiramos concreto, muchas veces con olor a otro… sin olor a ti. El sol está radiante, tanto que quema las neuronas de recuerdos tristes, pero no me importa, sólo quiero sentir que a través del mar puedo recordar lo que vivimos tú y yo. Nuestra vida era tan hermosa, compartíamos tantas cosas, era un amor distinto, recuerdo la primera que te vi, te veías radiante, al mirarte pude ver tu hermosa sonrisa, reflejando esa feli...