La queja
por Mariene Piñero Realmente la queja no ayuda para nada y constituye pérdida de tiempo y energía. La queja tiene un proceso para instalarse cerebralmente, inclusive muchas personas la tienen como hábito personal. El cerebro automatiza la queja cuando aparece las excusas para hacer poco por algo, ya que e s más fácil quejarse que tomar acción. La apatía, pereza mental o de acción, nos ubica en un plano más próximo a la queja que a optar por dar soluciones al problema o circunstancia molesta. A nivel personal nuestra zona de confort marca también la pauta para ello, nos acurrucamos a lo conocido, no nos interesa cambiar o involucrarnos más de lo que nos pueda interesar, sin tomar en cuenta las consecuencias de algunas situaciones que nos comprometen a todos. No digo que debemos estar inmiscuidos en aspectos que no podamos manejar, sino en ser objetivos y aportar soluciones a situaciones que podríamos de alguna manera darle un cambio o viraje positivo. La queja, puede representar t