Enfócate





por Mariene Piñero
CUENTOS SIMPÁTICOS DE LA RUTINA EN CUARENTENA

De pequeña sufrí de Déficit de Atención, se me dificultaba aprender los contenidos más sencillos, recuerdo mi 1er Grado, cuando miraba a la maestra escuchaba un murmullo, así como la comiquita de Charlie Brown de Snoopy, cuando el personaje le pregunta algo a la maestra de lejos se escuchaba: - bla, bla, bla, bla…  pues así escuchaba yo, era un poco traumático, comprendía poco lo que sucedía a mi alrededor. 

Gracias a Dios estudie la primaria con mi Hermana Marla y ella como hermana mayor me orientaba en todo, siempre fue un gran apoyo para mí.

Actualmente y por cuestiones del destino, me tocó volver a convivir con Marla, la que me ayudaba de pequeña en aquel 1er Grado.

Personalmente mi déficit de atención ha mejorado mucho, ahora tengo uno más simpático: "déficit de atención selectiva", me enfoco en lo que necesito hacer y en lo que realmente me interesa.

Pues que les cuento, que durante esta cuarentena los procesos de atención o mejoran o se vuelven caóticos.

Mejoran cuando organizamos la rutina de ensueño, planificando hasta la hora de hacer ejercicio (tarea pendiente en algunos días)

Se problematizan cuando hay que realizar múltiples actividades, como trabajar, hacer la comida y saludar a tus amigos en el chat.

Se me descuadra la atención, muchas veces cuando estoy escribiendo en la computadora, atiendo una llamada, escribo una nota, paseo por la sala, voy a la cocina, apago la olla del agua que hierve, etc.

Mi hermana al verme me dice “ENFÓCATE”, ¿qué haces brincando de un lado para otro?... y yo respondo: “atiendo una llamada”…

Pongo la lavadora, bailo merengue, me asomo a la ventana y respondo un wahatsapp, me vuelvo a sentar…

Leo un libro, escribo una nota, pienso en… pajaritos…, me centro otra vez...

Menos mal que controlo mi atención cuando requiero enfocándome en las cosas importantes que se deben consignar en el trabajo.

Sin embargo de vez en cuando y de cuando en vez de escucha en la sala el grito: “ENFÓCATE”.

Doy gracias a Dios por esos maravillosos seres que nos conocen y nos ayudan a vivir más organizados en nuestra cuarentena.

Te quiero mucho hermana mía.


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