Cuando muere un ser querido


por Mariene Piñero



La muerte es un tema para todos delicado, sabemos que es natural, así como lo es el milagro del nacimiento, sin embargo nos atemoriza por su gran misterio.
Es un momento difícil para todos, especialmente para los más cercanos, cualquier comentario mal realizado puede afectar, es necesario actuar con mucha delicadeza, manifestarse con mucha prudencia. La rabia y el dolor esta tan latentes;  un abismo puede envolver a la persona que sufre la pérdida, sumergiéndola en una profunda tristeza. 
Al fallecer una persona, se establece un cambio radical en toda la vida familiar, muchas veces no nos acostumbramos a su ausencia, el dolor puede arropar a la familia por mucho tiempo,  afectando su equilibrio emocional.
 Es necesario hacer el duelo, pasar por todas sus etapas, para curar realmente el alma, sin embargo esto puede extenderse por un largo tiempo, emocionalmente cada persona tiene un tiempo y una manera de vivir su duelo, de ello dependerá los apegos y la vinculación afectiva hacia aquella persona. 
Es importante destacar que para el católico la muerte no representa el final, la esperanza de la resurrección, de la verdadera vida después de la muerte es lo que nos permite continuar a pesar del dolor, sin embargo esto es un proceso emocional, dependerá que las fases del duelo se vivan  correctamente, un desarrollo normal de mismo será garantía para superar el dolor.
Mucho se ha escrito en este tema, inclusive hay una frase muy conocida que señala: "tu no lloras por tus muertos, lloras por ti", aduce a nuestro dolor, nuestras culpas (qué hicimos y qué no por aquella persona), incertidumbres, soledad que sufrimos cuando parte un ser querido. Muchas personas culpan a Dios, por haberse llevado a este ser tan querido, comprendiendo poco el verdadero significado de la muerte.
Es importante señalar también la recomendación de terapia psicológica o psiquiátrica a aquellos que les cuesta manejar el duelo o  que pueda afectarlos de manera más severa, generándoles ansiedades, deseos suicidas, autoflagelamiento u otros síntomas, los cuales deben ser abordados de manera efectiva  por especialistas de la salud mental.
La correcta orientación espiritual es necesaria en estos casos, no tratarlo de manera superficial, comprender sus sentimientos y acompañar de manera empática es  importante,  para que la esperanza renazca en ellos.
Recordar nuestros difuntos es honrarlos por  lo importante que han sido y seguirán siendo en nuestra vida”

¿Cómo recuerdas tus fieles difuntos?



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