Se ha detectado una amenaza



Cierto día que revisaba las boletas que se debían entregar para el cierre de un ciclo escolar, me trajo una maestra  un pendrive con virus, al insertarlo a la computadora está se daño irremediablemente, por supuesto tuve que responder ante la Dirección  por tan lamentable y cuantiosa pérdida.
Sin remedio y para terminar la revisión pedagógica, tuve que utilizar la computadora de la Secretaria General de la Institución, para mayor sorpresa  cada vez que me acercaba al equipo se abría un mensaje de voz en tono muy español que decía Se ha detectado una amenaza, la secretaría y el personal de administración se reían de la advertencia y manifestaban que era la computadora la que no quería que le ocasionará algún daño.
 Parecía mágico, se sentaba la secretaria y nada pero me acercaba yo y se disparaba la observación de manera inmediata.
Esta acción tecnológica me hizo reflexionar qué tanto de amenaza representamos para algunas personas.
Realmente “somos buenos para todos” o por el contrario podemos ser altamente tóxicos o inadecuados para alguna persona o grupo  en particular, tomando en cuenta nuestras actitudes, forma de ser, manera de relacionarnos u otra conducta que tengamos;  aquí pongo algunos ejemplos:
-      Ser aquel jefe quisquilloso, que es molestia para sus empleados o compañeros de trabajo.
-      Ser el rebelde sin causa en nuestro grupo familiar causando grandes dolores de cabeza a nuestros padres y familiares.
-      Tener actitudes pocos cónsonas con las realidades de un grupo de amigos o conocidos.
-      Podemos ser amados por alguien y no corresponder a ese amor, originándole  grandes decepciones.
-      Ser muy estrictos o muy desordenados, produciendo molestia a alguien por ello.
-      Ser aquella pareja fastidiosa, celosa, conflictiva, posesiva o poco razonable que creemos ser.
-      Ser la madre o el padre que busca encapsular a los hijos en burbujas de altas expectativas, siendo posesivos o controlares, no dejando ser.
-      Ser muy celosos con el trabajo o no colaborar con aquellos que lo requieran.
-      Ser aquella persona que se le dificulta ponerse en los zapatos del otro, juzgando sin razón o sin medida.
-      Ser la piedra de tranca para  cualquier soñador.
-      Simplemente ser inadecuados…
La finalidad de este análisis es comprender que en algunas ocasiones no somos buenos para alguna persona o un grupo de personas, recordemos que somos seres individuales, con características muy propias, rasgos determinados, y así  como pueden ser bien recibidos por algunos, pueden ser pedantes o de mal gustos para otros.
“NO SOMOS BUENOS PARA TODOS”
Existe un universo en cuanto a las personalidades, por eso es que el mundo es tan hermoso, cambiante, abierto, porque en él millones interactuamos con nuestras individualidades y diferencias.
Es así, quizás para muchos esta lectura sea en cierta forma molesta: “YO, amenaza para otro”, ¿de cuándo acá?, si soy buena, casi perfecta, muy agradable, no entiendo como no puedo caerle bien a todos, sin embargo, así pudiera ser.
Tomemos la precaución de revisar nuestra conducta con respecto al mundo que nos rodea, evaluar nuestras actitudes, comentarios y la base de nuestras relaciones, sobre todo para saber si no suelo:
“SER UNA AMENAZA”





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