El amor de Dios es maravilloso

                                                
                                               por Mariene Piñero 
Durante la primera semana del mes de enero de este año, una docente (Hermana Deisy), del Colegio Católico donde actualmente  trabajo, estuvo cantando una canción donde hablaba del amor de Dios, los niños fascinados cantaban y bailaban al son de la música la cual era bastante pegajosa y muy divertida. 
Pensando en el titulo, quise reflexionar, cómo es el amor de Dios en mi vida y cómo lo percibo.
Durante muchos años reconozco que estuve alejada de la Iglesia y de las cosas de Dios, estaba distraída, qué devuelve mi mirada nuevamente a él, diversos problemas que se presentaron: dificultades laborales, cambios y problemas personales, tenía a familiares gravemente enfermos y crisis económicas, fueron tiempo duros, inclusive tuve mudanzas y movimientos emocionales fuertes, estuve deprimida un buen tiempo y en ese proceso tuve que buscar ayuda profesional psicológica y espiritual. 
Debo reconocer que mi vida cambió en 180º cuando tuve un reencuentro con Cristo,  sin embargo entiendo ahora que era necesario tanto sacudón, ya que mi rutina reclamaba cambios,  inclusive de perspectivas, de espacio, de amigos, de amores y de tanta costumbre. 
Dios, llega nuevamente a mi vida en un tiempo muy árido  y lo inunda de cosas nuevas, de experiencias significativas, de momentos que pudiesen verse duros pero que despertaron aspectos dormidos en mi personalidad y en mi trabajo.   
Muchas veces percibimos que nuestros problemas son como un túnel sin final, que la luz tarda en llegar, sin embargo pasar por estas oscuridades permite que veamos realmente el significado de las situaciones, entender el por qué nos pasan y qué debemos modificar para mejorar. 
Ahora, cómo percibo que el amor de Dios es maravilloso, a través de su promesa, sus cuidados, sentía que me protegía y allanaba el camino hacia mi propio descubrimiento, observar mis errores, entenderlos y dejarlos partir,  me impulsaba a no quedarme allí, incrustada en el error sino a buscar nuevos caminos y nuevas realidades.
El amor de Dios es maravilloso cuando descubrimos que no estamos solos, que somos un equipo, trabajando juntos en esta hermosa vida.  Hoy día percibo esos beneficios del amor incondicional, entendiendo que cada experiencia nos va a moldear para ser mejores personas, por supuesto que  cambiamos  y no volvemos a ser los mismas personas, lo bueno es que no fue un cambio para mal, todavía creo en la humanidad a pesar de ver personas que pensaba que me amaban y volvieron a seres totalmente extraños. 
Durante nuestra existencia vamos a sufrir, muchas veces esto es necesario, para comprender en perspectiva muchas cosas, pero lo importante es no estancarse, sino surgir como el Ave Fénix, de sus propias cenizas para ser una nueva persona. 
Todavía me falta mucho, actualmente tengo muchas situaciones que resolver, me siento en oportunidades sola, tengo largas jornadas laborales, (soy Docente en dos colegios en un País con una profunda crisis), tengo que seguir preparándome académicamente,  profesionalmente y por supuesto espiritualmente.  
La vida es una ruleta, dependerá de nuestras actitudes y de ver que el camino es bello, a pesar de las piedras, muchas cosas surgirán pero las iremos solventando gracias a nuestra base: El amor de Dios. 
¡Gracias Señor gracias, por tus beneficios!
                        ¿Cómo percibes el amor de Dios en tu vida?
                                                         

                                                     


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