Querido cuerpo
Querido cuerpo, te amo mucho.
Amo mi cabeza,
sobre todo por sus ideas, por las aquellos pensamientos que hacen mi vida más
feliz, descubro en ella mi gestos de familiaridad que me une irremediablemente
a mi grupo de vida ¡Mi familia hermosa!
Amo mis ojos, ¡reflejan tanto! son verdaderamente hermosos, sobre todo cuando miro con amor.
Me encantan mis orejas, me unen al ambiente, percibiendo los sonidos de mi existencia, ruidos fuertes, pero también canciones de amor que me enamoran, día a día.
Amo mi nariz, es idéntica a la de mi madre hermosa, con ella descubro un universo sensorial.
Mi boca es hermosa, mis labios y mi lengua, delicada, sensual cuando quiere, pero siempre tentadora y real.
Mis brazos perfectos, mis manos, mis pies, muchas veces no reconocemos su importancia y todo lo que realizan, el peso que llevan, los kilómetros caminados, los esfuerzos realizados.
Mi piel, que percibe un mundo lleno de sensaciones creando maravillosos recuerdos.
Finalmente oda a mi Cerebro, sus conexiones, mi memoria selectiva, seleccionando lo que quiero recordar, buscando aquellos recuerdos que me hacen muy pero muy feliz.
Nunca había pensado tan detenidamente en lo importante que eres, en lo maravilloso de la naturaleza, de hacer una creación tan perfecta, en la fuerza con que cada día nos proyectamos, en la magia de sus conexiones y en el amor que transmites con cada acción.
Somos únicos e irrepetibles, somos energía que continuamente se transforma, somos música con nuestras palabras y movimiento en acción.
Recordaré con más frecuencia que requieres mi atención, que cuidarte, debe ser mi prioridad hoy y todos los días de mi existencia, disculpa por las veces que te dejo en el olvido, te fuerzo e inclusive te trastorno con mis pensamientos negativos.
Doy gracias a Dios por darme una máquina perfecta, por su salud y porque con ella puedo descubrir las cosas más hermosas de este mundo.
Cuidarte será mi misión
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