Espejito, espejito.
En el espejo vemos nuestro reflejo, lo que realmente somos, sin embargo nuestra mente lo transforma a través de nuestra autoestima, representa nuestra proyección personal, podemos ser muy bellos, sin embargo si pensamos que no, nuestro reflejo interior proyectará nuestra fealdad o nuestros defectos imaginarios.
Durante
la niñez, se forma día a día la autoestima, lo que le decimos al niño,
repercutirá en su proceso de percepción, por tanto es importante
decirle frases positivas.
Eres
importante, te amamos, eres valioso, haces las cosas bien, poco a poco lo
lograrás, son algunas de las frases que potencian la autoestima en nuestros
pequeños.
Lamentablemente
muchas de nuestras familias no cuentan
con una programación de lenguaje
positiva ante nuestros seres más queridos, esto sucede porque en la niñez
tampoco sus padres lo fomentaron creándose una espiral que es importante
romper.
Existe
una terapia muy sencilla, donde por 21 días, cuando nos vemos en el espejo
debemos decirnos frases positivas y así potenciar nuestra percepción personal.
Las
personas con la que convivimos, pueden ser nuestro espejo y así lo refiere la psicología
moderna, por ejemplo si alguien nos cae mal, puede ser que alguna actitud sea
un reflejo de nuestra personalidad y no lo sepamos reconocer.
Nos
amigamos con aquellos con los cuales coincidimos, nos reflejamos en el espejo
de su alma, algo similar de cuando nos enamoramos.
Existen
muchos espejos ambulantes, importante determinar si son reflejo o antirreflejo de
nuestra personalidad.
Emocionalmente
debemos trabajar nuestras proyección de emociones, son base de nuestra inteligencia
emocional a favor de nuestra autoestima.
No
existe ninguna edad para cambiar nuestra percepción, todos los días podemos potenciarlas
a través de acciones sencillas que nos ayuden a ser asertivos.
Seamos
espejos positivos, para que muchas personas se identifiquen positivamente con
nuestro interior.
¿ERES ESPEJO?
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