HERIDAS DE LA NIÑEZ

                por Mariene Piñero              

Un niño es un lienzo en blanco, donde cada experiencia va matizando su vida, la inocencia, la pureza y el amor sin condiciones en su premisa, un niño vive el ahora y es capaz de disfrutarlo plenamente. Participar en la educación y crianza del niño nos permite ofrecerle lo mejor para así evitar que emocionalmente pueda ser afectado y tener heridas las cuáles sean difíciles de curar.

• Un niño maltratado se convierte en un adulto frustrado, que utiliza el maltrato para poder imponerse como persona, en caso de no ser maltratador sufre por problemas de autoestima y asertividad.
• Un niño inseguro, será un adulto a la defensiva.
• Un niño malcriado, se convierte en un adulto prepotente y ofensivo, que le cuesta dar pero que quiere recibir todo de la otra parte.
• Un niño oprimido, se convierte en un adulto agresivo y depresivo.
• Un niño que crece viendo a los padres mentir será un adulto mentiroso. 

        Por el contrario:

• Un niño que juega es un adulto que ama su trabajo.
• Un niño que ama y confía es un adulto seguro en el amor de pareja. 
• Un niño al que se le cumplen sus promesas es un adulto responsable de sus actos y emociones.
• Un niño que asume sus responsabilidades en casa, será un adulto responsable del hogar. 
• Un niño que tiene amigos, hará amigos en su vida adulta y confiará en ellos. 
• Un niño que vive feliz, será un adulto emocionalmente "sano"capaz de solventar ó enfrentar las dificultades con alegría

Las heridas de nuestra niñez se reflejan en nuestra actuación como adultos, es necesario mirarlas desde el amor, entender por qué paso esa situación, aprender de ella y curarla, para así no repetir estos errores de nuestros padres o cuidadores. Somos creadores de nuestra existencia, por tanto es importante tomar lo mejor de ella para seguir adelante en esta aventura que se llama vida. 

¿Qué herida debes sanar de tu infancia?