MIS MEDIAS ROJAS
RELATO por Mariene Piñero Mi madre viajó una vez a New York con mi padre, durante este viaje de placer, además de pasear por los lugares más turísticos, compraron muchas cosas, ropa, artefactos eléctricos, algunos juguetes, zapatos y otros suovenir, recuerdo con precisión que compraron un paquete de medias rojas cortas, eran como 20 pares, de algodón, felpudas, muy suaves. No las usábamos para la escuela ya que eran muy llamativas, sino para salir, pero especialmente para las horas de juego, ya que éramos tres hermanas, muy activas. Las medias rojas nos acompañaron durante muchos años, eran muy flexibles y duraderas, caminábamos por la casa con ellas, mamá las lavaba y seguíamos trajinando. Crecimos, no enamoramos y durante las noches, al acostarnos nos colocábamos las medias rojas las cuales formaban parte de nuestras confidencias. Cuando me enfermaba, me encantaban mis medias rojas, porque eran las únicas que me protegían del frío, mamá nos dejaba caminar sin